Por Lcdo. Ariel Nazario, ex secretario PPD y ex comisionado electoral PPD
El PPD tiene que condenar el transfuguismo motivado únicamente en aspiraciones y beneficio personal. El propósito del colectivo no puede ser tolerar líderes capaces de irse a, o proponer alianzas con, otro partido o fuerza política solo para mantener el acceso a los círculos de poder para beneficio personal.
El transfuguismo sobre la base ideológica del colectivo es una condición totalmente diferente. Ello ocurre por ausencia de ideología y doctrina, o ambas, o por abandono de éstas. Al interrelacionarse ambas - ideología y doctrina – se producen los objetivos y parámetros que han de definir la lucha y el sacrificio personal de todo aquél que responde al llamado de la conciencia.
El PPD no puede usar el ELA para cerrar el acceso a la culminación ideológica de nadie; ni puede estar inmune a la crítica y evaluación. El Vate siempre manifestó el derecho de todos los compatriotas a aspirar cada cuál a lo que la conciencia le dictara como mejor primero para él y ella, y su familia, y luego para el bien social del país. El Vate dijo que el ELA era el estado que le iba a garantizar a todos el ejercicio del derecho a la autodeterminación, siempre. Ese compromiso se plasmó en una doctrina que dio base al diseño de una ruta de liberación: desarrollo económico, erradicación de la pobreza, un estado basado en el deber de compasión y solidaridad, y de la obligación de fortalecer la democracia para que sirviera como el arma ofensiva de un pueblo de paz. De momento la transformación que se logró es la de un pueblo sometido en forma absoluta al capital norteamericano, sus aliados, socios y la corrupción.
Hay que abrir la discusión en forma sosegada y con humildad dentro de los cuadros del partido. La Justicia Federal no nos dio la oportunidad de reivindicar a los ciudadanos, principalmente a los trabajadores contribuyentes. No discutir el asunto, particularmente desde el punto de vista de la capacidad de un estado de generar desarrollo económico – que no es lo mismo que el fortalecimiento del estado de mantengo – mantiene la colectividad en un estado catatónico, inamovible, balbuceando propuestas insignificantes, aunque pudiesen llamarse simpáticas o simbólicas, pero sin ir a las entrañas de los problemas.
El Puerto Rico joven se está acabando. Se está acabando porque ha dejado de germinar la tierra y solo nace – muy poco – entre los que más tienen. Cuando nacen entre los que menos tienen, se pierden en la inmensidad del mar de la promesa y necesidad; en puras marionetas de intereses creados.
Vamos a abrir a discusión todo, la razón de ser, las cosas que nos unen y nos dividen y las ideas sobre cómo detenemos que se siga acabando el país.
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