Por Lcdo. Ariel Nazario, ex secretario PPD y ex comisionado electoral PPD
Relata la noticia que un importante líder del PPD refiriéndose a la designación del Secretario de Educación “...insistió en la necesidad de modificar la manera en que el poder ejecutivo elige estos funcionarios”. Enfatizo el verbo “elige”. Según la noticia, el líder alega que hay una “señal clara” que hay que “cambiar la manera en que se elige al Secretario de Educación”, aludiendo según el parte de prensa a las afiliaciones políticas de los designados. El líder político sugiere estudiar mecanismos para que la academia y diferentes sectores, “puedan presentar candidatos y ahí, e insisto en citar el parte, “...el Gobernador pueda hacer una elección que luego pueda contar con el aval del pueblo, de la Legislatura y de la comunidad en general”.
Otras de las observaciones del líder popular contenidas en el parte es que hay “...que romper con las designaciones que, a todas luces, tienen muchos ribetes político-partidistas”. Insiste también en que hay que “modificar la selección de funcionarios como el Secretario de Educación, planteando que hay “organizaciones sindicales y universidades que pueden aportar al proceso.”
Finalmente es interesante la cita que hace el parte del líder de un partido político local diciendo: “ [H]ay que romper con esta preocupación que tenemos todos de que dependiendo del partido que esté en el poder es la designación que se hace en el departamento, con las consecuencias que ha tenido a lo largo del tiempo...”
Quiero decirle a ese líder que parece haberse olvidado de la influencia que tuvieron en el pasado organizaciones profesionales, incluyendo las que luego pasaron a convertirse en sindicales. Pero me extraña que invoquemos la participación de sindicatos cuando hemos sido cómplices del atropello al movimiento obrero, particularmente después de PROMESA
No quiero reclamar cualificaciones extraordinarias para sugerir que soy experto en el tema, más no se necesita serlo para saber que el líder no entiende absolutamente nada de nuestro sistema de partidos políticos y de la función político-partidista en la cosa de gobierno, que no es otra cosa que el rol de los representantes electos en la formulación de política pública. Es difícil dejar de calificar esas expresiones como oportunistas para tratar de ganar escapularios ajenos como el lema absurdo de “fuera la política partidista" de la función de gobernar. Es decir, un miembro del principal organismo rector de un partido político excluyendo y deslegitimando la función principal de su partido, especialmente la de grupo de minoría.
Las designaciones con las cuáles quiere romper el líder del PPD responden a un diseño constitucional particular. En el mismo los partidos políticos tienen una función esencial. Líderes como él son electos por el pueblo y la política partidista. Ahora bien, para lo que falta no sé porqué no propone enmendar la Constitución para eliminar los partidos políticos, o para definir en arroz y habichuelas cuándo hay muchos o pocos ribetes político-partidistas. No me explico cómo después de más de 70 años han descubierto que el sistema tiene mucho o pocos ribetes político-partidistas. Es decir, desde 1952, a pesar de los ribetes políticos hemos tenido a cargo de la educación pública a gente como: Mariano Villaronga, Sánchez Hidalgo, Cándido Oliveras , Quintero Alfaro, Mellado Parsons, Celeste Benítez, Ramón A. Cruz, César Rey, Rafael Aragunde, como también ha habido figuras que recordar como Fajardo y Keleher. Todos, los buenos, los pioneros y los malos han sido producto del sistema y confirmados a pesar de los ribetes político-partidista. ¿O sea, cuándo funciona el sistema y cuando no funciona? ¿Todo lo bueno y todo lo malo en Educación, ha sido producto de la política-partidista? Es decir, ¿Fajardo y Keleher robaron por culpa del proceso político-partidista?
Finalmente, el líder popular propone como solución al partidismo un proceso para que el pueblo vote por el Secretario de Educación. ¡Válgame, Dios! ¿Un proceso donde se prohibirían las banderas de los partidos o los estribillos ideológicos? ¿O será como en los counties dónde se elige por votación a los miembros de una junta de educación y éstos a su vez designan al ejecutivo? ¿Esta elección de los miembros de esa junta, también será una no partidista? ¿Cómo la de los delegados de la estadidad?
Yo le diría a ese líder que no estoy preocupado. Qué me preocuparé cuando se tenga miedo a ejercer la función política y constitucional a plenitud; cuando se entregue el poder a los que reclaman un estado “puro” dónde nuestro diseño democrático es tabú; donde los partidos políticos, como los del alcalde, no son capaces de seleccionar o de considerar, responsablemente.
Con ese argumento de que los ribetes político-partidistas son malos vamos camino a diluir la democracia representativa, entregando la misma a grupos de interés particulares. Con ese argumento es que se entregan las libertades individuales, so color de mantener libre de “controversia” y de partidismo, la función de gobernar.
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