Por Ivonne Lozada, vicepresidenta del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico
En los pasados días la senadora Joanne Rodríguez Veve presentó una medida legislativa para eliminar “la imposición de perspectiva de género” de la Ley de Procuradora de las Mujeres. Según ella la ley de la Procuraduría es excluyente cuando no le permite a mujeres que no creen en la perspectiva de género aspirar al cargo.
En la visión de mundo de la senadora, todas las mujeres que tengan interés en ser consideradas para Procuradora lo deben poder hacer en igualdad de condiciones, de manera “verdaderamente inclusiva”, crean o no en los derechos humanos de las mujeres o en la perspectiva de género.
Tendríamos que admitir que la Ley de la Procuraduría sí es “excluyente” para quienes no creen en los derechos humanos de las mujeres. Es “excluyente” para quienes no creen en la equidad como mecanismo para erradicar la violencia contra la mujer. Es “excluyente” porque así lo definió la ley que crea la Procuraduría y que la vinculó a la defensa internacional por los derechos de las mujeres según establecido en nuestra Carta de Derechos y en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Lo que no saben ni quieren entender algunos es que el concepto de “perspectiva de género” no se lo inventaron unos “izquierdosos del patio”. La perspectiva de género nos viene de la visión humanista de la comunidad internacional en la Declaración Universal de Derechos Humanos que nuestros constituyentes adoptaron en nuestra Carta de Derechos como el alma y personalidad de los puertorriqueños.
Si mínimo, dedicaran tiempo a leer la exposición de motivos de la Ley de la Procuradora de las Mujeres y su historial entenderían que el propósito de la oficina está estrechamente vinculado a la Declaración Universal de Derechos Humanos. La agenda de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres no puede ni debe responder a una agenda política de la Procuradora o el Gobernador de Turno.
Ocupar el espacio del escaño legislativo no tiene valor alguno si no se comprende la responsabilidad histórica que les ha permitido ostentar el poder que hoy tienen como mujeres. Hoy, mujeres que ocupan esos escaños se lo deben a los miles de mujeres a través de la historia que dieron hasta sus vidas en la lucha por la erradicación de las inequidades que limitan nuestro desarrollo como mujeres, en la aspiración de una vida digna y sin violencia.
Si usted no sabe ni entiende lo que ha sido la lucha por los derechos de las mujeres, su responsabilidad como oficial electo en esa lucha, y la función del organismo que ha sido creado para defender los derechos de las mujeres y promover valores universales humanistas, mejor échese a un lado y no estorbe. Nos toca decidir si aspiramos a ser un País humanista o uno violador de derechos humanos.
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