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P del S 273- Rivera Schatz tiene razón

Foto del escritor: Roberto Ramos PereaRoberto Ramos Perea

Por Roberto Ramos-Perea,

(Según publicada en Facebook)


Luego de escuchar las declaraciones que hiciera hoy el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, en torno al Proyecto 273, admito que tiene razón en mucho de lo que ha dicho para justificar su proyecto.


El Proyecto 273, que pretende el traspaso de las obligaciones por ley del Instituto de Cultura Puertorriqueña al Departamento de Desarrollo y Comercio, ha causado una avalancha de protestas y amenazas desmedidas que obligan al proyecto, como proyecto, a ser sometidas al escrutinio público de los que estamos concernidos con la cultura.


Obviamente, todos brincaríamos de rabia ante la posibilidad de la eliminación del ICPR. El primero sería yo. Pero mi amor y mi admiración por la obra de Ricardo -y la medalla que me otorgó él y su Fundación por mi defensa de la cultura- exigen que seamos prudentes, que controlemos nuestra irracional rabia patriotera y que analicemos a profundidad lo que podría ser un camino de desarrollo para la afirmación de nuestra identidad cultural.


Es obvio —e improductivo— que no estamos capacitados para desprendernos de nuestras gríngolas partidistas y de nuestras convicciones separatistas. El Gobierno tampoco de las suyas. Pero una cosa sí es cierta: el Instituto de Cultura Puertorriqueña debe ser intocable.

Intocable en su misión y visión, claro que sí; pero REFORMABLE, ¡POR SUPUESTO, y urgente que se haga HOY! ¿Pero qué se ha hecho? ¿Qué han hecho ambos partidos para preservar esa misión y visión con la que se creó este imprescindible ministerio?


En las muchas discusiones que Ricardo y yo tuvimos, le manifesté con cierta rabia que al ICPR había “que implotarlo y empezarlo de nuevo” por a donde lo habían llevado ambas administraciones y la falta de conciencia patriótica de los que lo habían dirigido. Ricardo, con su voz pausada y su eterno tono conciliatorio, me dijo que con esa frase nadie entendería mi intención de reformarlo. Que, por instinto, todo el mundo me acusaría de querer eliminarlo.

En esa época, por allá por los 90, se trabajaba en grupos un proyecto de ley de reforma del Instituto de Cultura, una revisión, departamento por departamento, misión por misión, de lo que implicaba una nueva agenda cultural de Puerto Rico en la que ciertamente el desarrollo económico a través de la cultura formaba gran parte. Pero se encontró con el muro del patrioterismo y con la testarudez estadista y se canceló cualquier reforma.


Lo que pretende TRS en este momento es provocar una reforma en el ICPR. Por eso ha exigido tantos documentos y tantos informes al actual Director Ejecutivo. ¡Y yo NO me opongo a eso! Y digo más, ¡QUE SE HAGAN PÚBLICOS!!!


No creo que el ICPR deba transferirse a Desarrollo y Comercio. Ellos no tienen la solvencia administrativa para eso. No creo que TODA la cultura deba utilizarse para el desarrollo económico. No nos gusta la agresividad de TRS. Pero a él tampoco le gusta nuestro improductivo e inamovible patriotismo. ¿Entonces, en qué punto medio podemos encontrarnos?


Los últimos 20 años del Instituto de Cultura Puertorriqueña han sido nefastos y tienen que estar sujetos a una evaluación profunda de sus logros. Museos cerrados, programas inoperables, burocracia, politiquería, favoritismo, dilación de permisos, corrupción, maltrato y abuso contra sus empleados, politiquería en las juntas asesoras, descuido del patrimonio, selectividad, ineficiencia, mudez e ineptitud en sus juntas de directores, mal manejo de fondos… Todo lo que dice el senador en este sentido, ¡ES CIERTO! Y es cierto porque llevamos 30 o 40 años luchando contra eso y NUNCA PASA NADA.


Lo paradójico es que, para estos cambios hay que asignar fondos, pero entonces caemos en una rueda interminable de malas administraciones y torcidas prioridades. Si se otorgan los fondos, se mal usan, y si se mal usan, pues no se otorgan los fondos y, de paso, se dice que la cultura puertorriqueña es basura. ¿Entonces, en qué quedamos? ¿Cuándo tendremos una Junta de Directores y un Director Ejecutivo aptos para realizar el trabajo que hay que hacer?

Es obvio que el Gobierno de Puerto Rico quiere ofrecer contratos a cambio del patrimonio arquitectónico edificado del Viejo San Juan. Lo sabemos desde el 2016, cuando Alejandro García Padilla (del PPD) promovió esas ventas de nuestros edificios históricos a consorcios hoteleros comerciales. Sabemos también que el actual gobierno tiene el poder y sus razones —válidas para muchos— para llevarlas a cabo. Contra eso, señores, no hay verano del 19 que lo pueda detener. Tienen el poder que el voto de nuestro pueblo les dio. Chupémonos, aunque no nos guste, esa democracia electoral de la que TODOS participamos.


Pero realizar esto no debe implicar la desaparición del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Y es ahí donde tenemos que comenzar las comunicaciones y las conversaciones con el Gobierno. Me parece impropio y nada productivo que salgamos mañana a hacer marchas y protestas vociferantes que solo satisfacen nuestro patriotismo de temporada.


ES IMPERIOSO QUE DIALOGUEMOS CON EL SENADOR Y LA GOBERNADORA. Se trata de entendernos. El Proyecto 0273 del Senado de Puerto Rico no creo que sea determinante. Es un proyecto, y el senador TRS ha dicho que está dispuesto a dialogar y a escuchar. Pues aprovechen esa puerta. Escojan dos o tres representantes de la comunidad cultural que tengan la capacidad de diálogo y reunánse con él. No vayan con pistola en mano a tratar de exigir respeto para aquello que nosotros mismos, ni ellos, hemos podido cuidar.




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