Por Lcdo. Ariel Nazario, ex secretario PPD y ex comisionado electoral PPD
Recuerdo cuando se registró el primer asalto a un banco en Puerto Rico en los últimos 75 años. Fue a uno de los bancos canadiense o escoces ubicado entonces en la cercanía de la intersección entre Fernández Juncos y la PR 2. Y el asaltante fue un gringo o conciudadano del norte. Aquello fue un evento antes no conocido. Desde entonces han ido proliferando los asaltos a bancos y ya no es exclusivo de los americanos. Tampoco lo son los asaltos, secuestros y la extorsión.
De igual forma hay otra conducta antisocial - sin entrar en las consideraciones que las motivan que van desde mala entrañita hasta serios problemas psicosociales - que van aumentando con la edad del planeta. Ejemplo de lo anterior es la corrupción, que a pesar de las leyes que gobiernan la conducta de servidores públicos, los códigos anticorrupción, los “RICO Act”, la tipificación de nuevos de los llamados delitos de cuello blanco, la eliminación de probatoria y el aumento en los años de encarcelación, en fin, que parece que nadie y nada lo detienen.
Y dentro del enorme ámbito del mal, está la modalidad de robarse el dinero de los niños. Y ese robo también ocurre cuando se usa la función pública para aprovecharse de fondos que de otra manera debieran estar dirigidos a servicios directos a los niños; o se acumula en la caja fuerte el producto de sobornos a cambio de favores políticos, mediante la concesión de contratos de obras y servicios que poco ayudan a los niños, con el único propósito de beneficio individual o político, o combinación de ambas como fue en el caso del Departamento de Educación y los más de $4 millones que se robó el Secretario de Educación de entonces. La indignación de tod@s fue de tal naturaleza que hasta el gobierno de Pedro Rosselló cayó. El país expresó su indignación y se gritó a cuatro esquinas: ¡Aquí no se les roba más el dinero a los niños!
La Contralora de Puerto Rico anuncia hoy en parte de prensa publicada a la página 8 del periódico Primera Hora (virtual), que hace ya un “tiempito”, el gobierno está, otra vez, tomando los dineros del Fideicomiso de Niños para “…refinanciar bonos, pagar deudas de emisiones de bonos y gastos de capital de otras corporaciones públicas y pagar gastos operacionales del gobierno…”. Y entonces se olvidan que ese fondo se nutre de los dineritos que están pagando las tabacaleras por enfermarnos a algun@s y matar o miles; y que si no se usan para beneficio de l@s niñ@s, se pueden perder.
Con el cuento de que el uso que se le dio al dinero fue en beneficio “directo o indirecto” a l@s niñ@s posiblemente despacharán el asunto. Más si se fijan, otra vez se trata de uso y disfrute a cómo le dé la gana a un@s poc@s de los chavos de los niños. O sea, que además de hacer un mal uso del dinero, ¿nos quieren decir que no había otras cosas de dónde cortar grasa para pagarle a los buitres o para seguir cogiendo prestado?
Como dije a principio. Dado que la conducta se vuelve viral, aumentan las matanzas, aumentan las fechorías que antes era cuestión de “robar gallinas o plátanos”, y ahora son relatos de delitos graves y conducta despreciable; y ahora, otra vez, les toca a los niños pagar los platos rotos del ese afán por abonar a la deuda con su dinero.
No sólo se les roba el dinero a los niños; se usa para cosas que no deben usarse, y obviamente, sin aparente conciencia, se continúa garantizando los préstamos y lo compromisos de pago a inversionistas y buitres, ya no solo con los fondos del Fideicomiso, sino también hipotecando el futuro de nuestros niños.
No hace falta Herodes. ¡Con razón ya no nacen!
Comments